8.13.2007

The Host, ficción desde las cloacas


Desde principios de año este film, exportado a todo el mundo desde Corea de Sur, está dando mucho que hablar. De hecho, su director Bong Joon-Ho logró integrar la selección final en el último Festival de Cannes en la categoría Mejor Director y en el SITGES (Festival de Cine de Terror y Fantástico de Cataluña) obtuvo el no menos despreciable premio a la Mejor Película Asiática. Elogios van y vienen, pero lamentablemente ni rastros de asomo a nuestro país, asunto que a estas alturas a nadie ha de extrañar.

Tanto reconocimiento no es gratuito, porque logró insertar nuevamente aquel sub genero de animales gigantes y metamorfoseados en el cine, movimiento que tanto furor provocó en la fanaticada setentera y ochentera, con clásicos como Alien, La Cosa, Tiburón, Godzilla (dejando de lado los remakes de última época como King Kong de Jackson, por ejemplo). Arriesgarse con una idea original con un tema tan viejo como los monstruos gigantes y deboradores de humanos, sería casi como tirarse a una piscina sin agua. Pero The Host logró no sólo superar las expectativas de los seguidores del género, sino que también dejó un buen sabor en el paladar fílmico de la crítica internacional.

La trama parte en un oscuro y lúgubre laboratorio coreano, donde dos científicos (uno de ellos norteamericano) revisan el material que tienen. El gringo decide, con un rigor profesional digno de un juez chileno, tirar por el caño unos frascos con líquidos tóxicos. El coreano, para evitar la cesantía, le hace caso y los bota. Causa y efecto, porque los químicos vana dar al río Han, donde lentamente la radioactividad comienza a mutar a los peces. Pasan los años y un día la gente que gozaba con una jornada campestre a orillas de río, ve colgado bajo el puente a una criatura gigante, de aspecto poco gentil. Y como el ser humano es tonto, le empiezan a tirar piedras y latas de bebida, lo que provoca la ira del pejesapo gigante. Así de conciso.

En esta secuencia inicial se muestra completamente la riqueza estética de The Host. Porque si bien el monstruo sale persiguiendo a las personas, comiéndose todo lo que encuentra a su paso, regando de tripas y sangre el piso, se logra una fotografía fina y delicada, llena de luz, pese a lo oscuro de las circunstancias. También es en esta parte donde se ve el buen trabajo en efectos especiales, porque para mostrar a un ente gigante, que persigue a cientos de coreanos a campo traviesa y que se vea real, es para aplaudir ahí mismo.

Es en esta secuencia donde conocemos a los protagonistas de la historia: la familia Park. Ésta se compone por el abuelo Hie, dueño de un carrito de comida rápida; su hija Nan Joo, una competidora de tiro al arco acostumbrada a terceros lugares; Hee Bong, un cesante que gastó su vida universitaria en la revolución cultural; y Gand Du, un tipo que su mayor gracia es dormir todo el día. Este último personaje tiene una hija pre adolescente llamada Hyun Seo, que justamente es raptada por el “reptil” en el caos inicial, en una escena memorable.

De ahí en adelante la disfuncional familia comienza la búsqueda de la niña, alejados de la oficialidad, que está más preocupada de atemorizar a la población con informaciones sobre un virus esparcido. Para ello tienen que luchar no sólo con el gigante, sino que también con la negligente burocracia que se arma cuando llegan los marines estadounidenses para “solucionar” el problema. Aquí se deja ver sin mayores metáforas la crítica política hacia el intervensionismo gringo y la capacidad que tienen los medios de información afines a sus posturas para tergiversar todo. Esa la gracia de The Host, porque si bien se trata de una película de monstruos, no le impide tocar otras temáticas y de formas poco convencionales. Es así como el director pasa del terror a la comedia hilarante, absurdamente genial. Tal como aquella escena donde la gente le pide explicaciones a un funcionario de gobierno y éste, como no tenía la menor idea, prende la tele y pone CNN.

En algunos sitios la han catalogado como película de terror, pero creo que es inclasificable. Claro, si uno la ve pensando sólo en asustarse, tal vez no la encuentre tan buena como es. Lo mismo le pasó a otros neo clásicos de cine oriental, como Old Boy o Sympathy for Mr. Vengance, que pese a ser películas de intrincados asuntos morales, no les impedían integrar la comedia o la ironía.

The Host es mucho más que recomendable, así que si pueden conseguirla (Internet es un buen amigo en esos términos, porque si esperan a que llegue a nuestro país, tendrán para rato) podrán ver una obra que seguramente estará en la lista de las mejores películas del año.

Ficha Técnica

Título original: Gue-Mool (The Host)

Dirección: Bong Joon-Ho

Año de producción: 2006

Duración: 119 min.

Elenco: Song Kang-ho, Byun Hee-Bong, Park Hae-il, Ko Ah-Sung, Lee Dong-Ho

Guión: Bong Joon-Ho

Producción: Choi Yong-Bae

Fotografía: Kim Sun-Min

Estreno en Corea: Abril 2006

Estreno en Europa: Abril 2007