8.21.2007

Oración por la vida

Soy una mala persona, por esencia y por acto. Mi mente se nubla con golpes, tiroteos, violaciones, insultos y desprecio. Sin embargo, todos piensan que soy alguien bueno. En cierto sentido, tienen razón, porque sienten por bondad aquello que no los rechaza. La aceptación es mi rechazo, porque todos me interesan una soberana mierda. Es mi desprecio que vomito sobre sus cabezas, sus hábitos inmundos de superficialidad. No soy de los que bailan por plata, mi status no está en una marca de ropa, en un trabajo estable. Me sumo en la desgracia y la porquería. Estoy del lado de los que odian, de los que pululan en las sombras, aquellos que no esconden su miseria ni alaban logros pueriles. El sol no me enceguece mientras meo sobre las plantas de vuestro jardín, idiota iletrado. La santísima virgen pide que lama sus vísceras inmaculadas, que beba su líquidos santos antes que manchen sus conciencias. Sobre el recato me corro mil veces. Soy la basura que escondes bajo la alfombra, la palabra escondida bajo la lengua traposa, la imagen borrosa del éxtasis ancestral. Soy lo que no puedes comprar, enano de mirada misericordiosa. Mueve las caderas, bestia de tetas grandes, baila sin parar hasta que tu orgullo quede en paz. Miéntete. Oculta tu deformidad, puta de primer mundo, renacuajo de manos húmedas y espalda encorbada. Mi pobreza es vuestra riqueza, burgués de la era digital. A ti te hablo, presidenta del arribismo. A ti te hablo presidente de las mentiras celebradas. Que mi resentimiento borre sus risas idiotas y se eleve con los menos, allá lejos, donde van a parar los hombres sin futuro. Amén.